Hace un par de semanas, navegando en el barco de un amigo, nos contaron una anécdota graciosa sobre el pez ballesta (Baliste carolinensis), surer en catalán (Porquiño – Roncón – Burro en Gallego…por algo será). Resulta que nuestros amigos se encontraban amarrados a una boya en el puerto del Parque Nacional de Cabrera y escucharon en el barco vecino que la mujer contaba que un pez casi le ataca. Nuestros amigos pensaron que exageraba, hasta que nuestra amiga entró en el agua y de pronto se dio cuenta de que un pez de tamaño considerable no solo se le acercaba con descaro, sino que tuvo la impresión de que venía a por ella. Salió corriendo del agua y se quedó perpleja cuando vio que el pez estaba pegando bocados al extremo de un cabo que estaba dentro del agua (una cuerda, para los de tierra adentro). Corrieron a buscar en una guía de peces del mediterráneo que llevaban a bordo y lo identificaron enseguida. Se trataba del pez ballesta. La imagen que os pongo a continuación no es mía, pues aún no he tenido la suerte (o no tanto) de toparme con uno.
Es un pez con una carita simpática y como dicen en Andalucía, «tiene mas labios que una vaca silbando». Pone los huevos en verano y suelen proteger los alrededores del lugar de la puesta y quizás por eso les estaba intimidando. Son muy territoriales y son frecuentes sus ataques a buceadores si se aproximan a su zona. Por lo tanto cuando os ocurra algo así, alejaros de la zona y problema solucionado.
Esta otra imagen del pez ballesta me la ha cedido mi amigo Juan Carlos Calvín Calvo, biólogo marino autor del libro Ecosistema Marino Mediterráneo
Os pongo el enlace a un vídeo de youtube donde podéis ver lo persistentes que son:
Suerte!