Azote Ciencia4: ¿»Pequeña edad de hielo»?

En este micro espacio de divulgación de ciencia, comparto con vosotros, cada semana, una selección de cuatro destacadas noticias de ciencia en Twitter.

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Azote Ciencia4

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Después de las tan merecidas vacaciones, aquí vuelvo a la carga con los cuatro tuits que he seleccionado de la semana del 31 de agosto al 6 de septiembre de 2015 y que son los siguientes:

1) Para aquellos que ya estaban comprando anoraks en las rebajas de verano: No habrá ninguna » pequeña edad de hielo» en 2030: (@ecomandanga)

Pequeña edad de hielo

Recientemente ciertos medios de comunicación sin escrúpulos nos han asustado con la noticia de que en 2030 nuestro planeta vivirá una «mini edad de hielo» debido a la baja actividad solar. Podría ser, ¿por qué no?, ¿quién sabe? Pero no hay datos sólidos ni serios para tal afirmación. De hecho esa noticia es fruto de una mala interpretación, intencionada o no, del artículo original de la Royal Astronomical Society, que en realidad lo que dice es que a partir de 2030 la actividad solar podría bajar hasta el mínimo solar (el llamado mínimo de Maunder). Ese mismo artículo cuenta como desde 1645 a 1715 no se observaron manchas solares y Europa y América del Norte sufrieron inviernos especialmente fríos, aunque no consecutivos, pues el de 1683 a 1684 fue el más caluroso en 350 años. Se refirieron a ese periodo como «la pequeña edad de hielo«. Pero nada justifica que la causa fuera la actividad solar y es probable que intervinieran otros factores como un incremento de la actividad volcánica, que provocara la emisión de partículas a la atmósfera capaces de reflejar la radiación solar, impidiendo que ésta llegara a la tierra.

Al parecer el sol cada 11 años pasa por periodos de máxima y de mínima actividad (son los denominados ciclos solares), pero ello no se refiere a que produzca mas o menos calor, si no que se refiere a su campo magnético, producido por su movimiento, al ser una bola de plasma con carga eléctrica. Como es un fluido, al rotar y debido al efecto de Coriolis (consistente en que el plasma se mueve a distinta velocidad según la distancia que le separe del eje de rotación) genera campos magnéticos de distinta magnitud originando las llamadas «manchas solares«, que no son otra cosa que el contraste de zonas a una temperatura de 3.000-4.000 K (Kelvin) frente al resto que se encuentra a 6.000 K. A menor actividad solar hay un menor recuento de manchas solares, pero el calor que desprende el sol no depende de ellas, si no de las reacciones de fusión nuclear en su núcleo.

La cantidad de energía emitida por el sol únicamente presenta variaciones del 0,1% a lo largo del ciclo solar y solo tienen efecto a escala local. Así, durante los periodos de baja actividad solar, los inviernos en Europa son más fríos y podría deberse a una ligera disminución de la radiación ultra violeta emitida por el sol, causante de la aparición de nubes que reflejan la radiación solar haciendo que disminuya la temperatura en la zona.

Recientemente se ha estimado que una disminución extrema de la actividad solar, solo disminuiría la temperatura global del planeta en 0,16º C, lo cual dista mucho de ser capaz de provocar una edad de hielo, por muy «mini» que sea, pues ello implicaría una disminución drástica de la temperatura de todo el planeta, con graves consecuencias para la vida y que se sepa, hasta la fecha, ningún científico lo ha predicho.

2) El veneno de una avispa brasileña mata las células cancerosas: (@evidpediatria)

El veneno de una avispa brasileña mata las células cancerosas

La Polybia paulista, es una avispa del sudeste de Brasil con una picadura muy dolorosa pero muy atractiva para la ciencia por contener su veneno una molécula con propiedad bactericida y antitumoral, que ataca solo las membranas celulares tumorales.

Los investigadores han encontrado que la potente acción antibacteriana de uno de los centenares de peptidos incluídos en su potente y complejo veneno, el MP1, responsable de mantener sus nidos a salvo de las bacterias, podría usarse como alternativa para superar la creciente resistencia a los antibióticos por parte de estas. En el año 2008 investigadores chinos descubrieron que el péptido MP1 atacaba las células cancerosas de algunos tipos de cáncer. En la actualidad, investigadores de la Universidad Estatal Paulista, de Brasil y de la Universidad de Leeds, en Reino Unido, han encontrado que su actividad antibacteriana y antitumoral se debe a la capacidad del péptido para inducir filtraciones en las células al abrir poros o fisuras en sus membranas celulares. El MP1 tiene carga positiva y las bacterias y las membranas de las células tumorales tienen lípidos con carga negativa. Esta atracción electrostática es la base de esta selectividad.

Las membranas celulares están formadas por varios tipos de fosfolípidos que en las células sanas se concentran en la parte interior de la membrana y en las cancerosas en la exterior. Se plantea la hipótesis de que esta es la diferencia que permite al veneno diferenciar entre células sanas y cancerosas. Se ha publicado en la revista Biophysical Journal el trabajo en el que vieron que el péptido del veneno se unía a células con una anormal concentración de fosfolípidos en el exterior (o sea, las tumorales), formando en segundos poros lo suficientemente grandes para que moléculas esenciales como el ARN o proteínas escapen de la célula.

Este veneno podría ser de gran utilidad en el desarrollo de nuevas terapias combinadas usando distintos tipos de fármacos contra el cáncer, que ataquen a distintas partes de la célula cancerosa a la vez.

3) El efecto horizonte: (@tecnobios)

El efecto horizonte

El efecto horizonte, consistente en que a medida que caminamos hacia el horizonte, este se aleja, se puede aplicar en infinidad de campos de la ciencia, pues cuanto más se sabe sobre un tema más parece quedar por conocer. En fin, que esto parece el cuento de nunca acabar.

En lo que se refiere a la Biología Sintética, ya en 1960 se predijo que hacia 1970 se podrían fabricar células vivas en el laboratorio. En 2015 el biólogo Craig Venter (autor de su propio proyecto Genoma Humano) asegura que será factible para 2030. Realmente se ha avanzado mucho en este campo pero el objetivo final de dar con la clave sobre el origen de la vida sobre la tierra sigue siendo un misterio.

En la lucha contra el cáncer se ha avanzado mucho, pues actualmente muchos enfermos se curan, pero aún sigue muriendo demasiada gente por su causa. No parece llegar el día en que definitivamente venzamos a esta espantosa y cruel enfermedad.

La energía nuclear de fusión es mucho más difícil de controlar de lo que se pensaba. En 1960 el científico y escritor británico Arthur Clarke (autor de «2001, una odisea del espacio«) pronosticó para 1980 esta forma de obtener energía. Ese mismo año se hicieron tan importantes avances en reactores para generar grandes cantidades de energía que hicieron pensar que se conseguiría para el año 2000. Actualmente nadie se atreve a predecir para cuando se conseguirá.

En 1956 se acuñó el término «inteligencia artificial«, en el sentido de seres artificiales con inteligencia y autoconsciencia comparables a las de los humanos y se predijo que se alcanzaría en unos 10 años. En 1990 el experto tecnólogo de sistemas e inteligencia artificial y eminente futurista, Ray Kurzweil, afirmó que se alcanzaría en otros 10 años y en 1999 que quizás para 2010. En la actualidad lo ve factible para 2030/35. Vamos, que parece un objetivo inalcanzable.

A finales del siglo XIX se afirmaba que la física ya había descubierto todo lo que tenía que descubrir. De 1890 a 1905 se abren nuevos campos de investigación con el descubrimiento de la radiactividad, la teoría cuántica y la teoría de la relatividad. En 1990 se decía que ya estábamos a punto de saberlo todo, ¡que ingenuos! En la actualidad con el descubrimiento de la materia y energía oscuras, que no se sabe lo que son y el fracaso de la teoría de cuerdas, la hipotética «teoría del todo» que explica y conecta en una sola todos los fenómenos físicos conocidos parece haberse situado a años luz.

Verdaderamente deberíamos ser más prudentes con cada pequeño avance, porque el efecto horizonte parecer estar siempre al acecho y cuanto más sabemos sobre un tema descubrimos que aun queda mucho mas por saber.

4) Muere Oliver Sacks, el poeta de la neurología: (@semillasciencia)

Muere Oliver Sacks, el poeta de la neurología

El neurólogo, profesor de universidad, escritor y divulgador, Oliver Sacks, nacido en Londres en 1933 en el seno de una familia de médicos, murió de un cáncer terminal el pasado 30 de agosto, a los 82 años de edad.

En su libro «El hombre que confundió a su mujer con un sombrero» comentó que la palabra favorita de la neurología es «déficit«, que indica menoscabo o incapacidad de la función neurológica. Algo a lo que él nunca sucumbió, siendo consciente de que se le acababa el tiempo. Tuvo el coraje de despedirse del mundo a través de una carta publicada en The New York Times donde reconocía su miedo y su eterna gratitud por la vida que pudo llevar. La enfermedad le otorgó el tiempo suficiente para escribir sus memorias en el libro «On the move«.

En su libro «Despertares» cuenta su experiencia con pacientes catatónicos en el Hospital Beth Abraham del Bronx, en New York (aquellos con anomalías motoras y de la conciencia, el afecto y el pensamiento), supervivientes de la gran pandemia de encefalitis letárgica que barrio el mundo de 1916 a 1927 y muchos de los cuales llevaban décadas sin poder moverse. Este excepcional neurólogo los recuperó tratándoles con el fármaco experimental L-dopa.

Publicó muchas historias sobre su experiencia neurológica, como «Un antropólogo en Marte«, donde describía pacientes con autismo, Parkinson, epilepsia, Alzheimer, etc.

Fue sensible y delicado tratando de explicar a sus pacientes lo que suponía la enfermedad que padecían y cuando el paciente fue él, nos mostró cómo morir con miedo y con dignidad a la vez. ¡Chapó, Dr. Sacks, que en paz descanses!

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